La tarde empezó negra para el Bohemio en su visita a Adrogué, por la primera fecha de la segunda rueda. La idea: demostrar porqué este equipo había ganado la primera parte del torneo con notable superioridad frente a sus rivales.
Sin embargo, ya en los primeros momentos del partido el local era más, llegaba, e inquietaba a Llinás. A los 8, la primera gran muestra de lo que era la tarde para el vistante: Llinás intenta despejar la pelota, la deja servida a Villamayor, quien desde 35 metros convierte un gol. Desconcierto total.
Los minutos siguientes eran un fiel reflejo de la traqnulidad de unos frente a la impotencia e los nuestros. Ni Pogonza controlaba el medio, Guzmán estaba mpas preocupado por marcar y Álvarez no encontraba su lugar. Los Soriano debían bajar hasta mitad de la cancha para encontrarse con el balón.
Si Atlanta pudo empatar en algunas oportunidades fue gracias a los centros de Ferragut y Soriano, y los cabezazos perdidos en el área. Pero el arquero contrario (fundamental para impedir el empate) encontraba respuestas.
Y cuando el primer tiempo se iba, y el 1 a 0 estaba bien, Casado, de emboquillada, encontró el segundo grito local. 2 a 0 al vestuario. Por primera vez en el torneo, Atlanta se encontraba 2 goles abajo de su rival. Había que ver si la mística de este equipo era capaz de revertir la desfavorable situación, aún jugando un mal partido.
Pero en los segundos 45 poco cambió. La entrada de Bielkiewicz por Álvarez, sumando así un delantero no logró revertir la falencia de este equipo. Porque sumar delanteros no siempre significa ser más ofensivo. Y eso fue lo que pasó. Guzmán no desbordaba, los Soriano no encontraban el balón y el ingresado no hallaba su lugar en el campo. Atlanta no generaba juego e intentaba el descuento en alguna pelota perdida, o un centro, quizás, nada más que eso.
Brown, en cambio, se cerró con dos líneas de cuatro, y amenazaba de contra, con Casado y Grbec como únicas referencias. Así y todo, tuvo sus oportunidades para ampliar el marcador. Es más, tuvo dos clarísimas con dos penlaes a favor: el primero, malogrado por Villamayor (quien quiso "picar" la pelota), y el segundo por Zagharián, a quien el palo le dijo que no.
Párrafo aparte para los últimos minutos del encuentro donde Atlanta se descontroló. Además de los dos penales en contra, sufrió las amonestaciones de Cherro, Aranciabia y Andrés Soriano (todos llegaron a la quinta amarilla) y la expulsión de Maxi Pogonza.
Es cierto que las derrotas siempre duelen, pero más aún cuando uno está acostumbrado a ganar y quiere seguir sumando para alejarse de los escoltas. A veces las cosas no se dan como lo planeado y el rival termina imponiéndose en el juego y en el resultado. Pero es necesario levantar la cabeza y no dejarse llevar por la impotencia, el desconcierto, para no sufrir la cantidad de bajas que deberá sobrellevar el bohemio el próximo partido.
Se perdió, sí, pero la ventaja sigue siendo de seis puntos, el torneo es largo y habrá tiempo para mejorar pequeñas cuestiones.
Ahora, los jugadores tendrán unas merecidas vacaciones, que nos dejan arriba de todos en la tabla de posiciones con serias aspiraciones de pelear hasta el final. En 2011 se verá, pero esto, ya es otra historia...
Luego del encuentro conversamos con Juan Segovia y Andrés Soriano
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