¿Cómo puede un equipo pasar, en tan sólo 4 días, de un rendimiento muy bueno como el mostrado en el segundo tiempo contra Estudiantes a no patear una sola vez al arco en todo un partido?
¿Por qué Atlanta no sale decidido a buscar los partidos cuando claramente tiene jugadores para hacerlo y no pensar tanto en lo que pueda hacer el ocasional rival de turno?
¿Por qué se empieza a correr un poco más cuando el resultado ya es adverso?
Esta y varias preguntas más son las que tranquilamente puede hacerse el hincha de Atlanta hoy después de ver el ¿partido? contra Temperley...
Ya desde el minuto de partido se notaba un Temperley que primereaba a Atlanta con más actitud que juego, y de a poco, sin mostrar mucho, arrinconaba al inofensivo bohemio contra su arco...
Atlanta no sólo no encontraba la pelota, El Mágico González estaba desaparecido y vuelve a quedar claro que si él no funciona no funciona nada, entonces quedan dos opciones; esperar que aparezca con su clase característica o sustituirlo por otro jugador y lógicamente cambiar el esquema.
No se puede negar lo muy buen jugador que es Miguel, que tiene calidad de sobra para esta categoría, pero también puede tener partidos malos como el de esta noche, y si es necesario sustituirlo hay que hacerlo ya que primero está el equipo.
A Temperley no le costó mucho encontrar el primer gol, con una defensa muy insegura y mal parada, un pase en profundidad deja mano a mano a Luis López frente a Llinas, y el delantero sólo tuvo que colocar la pelota para adelantar al local en el marcador.
Ese golpe Atlanta pareció no sentirlo, porque el trámite siguió igual, Temperley manejando y Atlanta esperando...
Ya en el segundo tiempo, recién se pudo ver algo más de ganas en el bohemio, pero si el creador, el distinto de este equipo no aparece toda intención se apaga fácilmente, y asi Atlanta seguía chocando contra su propia falta de ideas.
El ingreso de Guzman parecía ser un acierto, pero unos minutos después llegó la contra que derivó en el penal de Arancibia, que Crivelli cambió por el segundo gol y que terminó definitivamente con el partido.
Queda la bronca (sobre todo) de saber que este equipo puede dar muchísimo más de lo que poco y nada que hizo hoy, empezar a pensar en que Atlanta tiene que proponer y en todo caso el rival esperar. Habrá que olvidarse rápidamente de esta pésima actuación y recuperarse el sábado contra Central Córdoba.
Ojalá se vuelva a ver al Atlanta del segundo tiempo frente a Estudiantes, pero esta vez desde el inicio, los hinchas necesitamos que ese sea el verdadero Atlanta, esperemos que los jugadores también.
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